Lesión de menisco

Los meniscos están situados dentro y fuera de la articulación de la rodilla y sirven de "amortiguadores" entre la parte superior de la pierna y la inferior

Lesión de menisco

Los desgarros o roturas son las lesiones más frecuentes de los meniscos

Un desgarro del menisco interno o externo se debe fundamentalmente a lo mismo. Por razones anatómicas, el menisco interno suele estar más afectado que el externo.

Causas de una rotura de menisco

Accidentes

Los meniscos pueden verse sometidos a una gran tensión si se sufre un accidente; por ejemplo, si la rodilla está flexionada y cargada, y de repente se produce un movimiento de rotación incontrolado. La presión y la rotación simultánea provocan un movimiento de cizallamiento. Esto puede provocar la rotura del menisco.

Tensión a largo plazo

Las flexiones frecuentes e intensas debidas a actividades que implican arrodillarse, por ejemplo, pueden provocar lesiones muy pequeñas que ya no cicatrizan (los llamados microtraumatismos). Al cabo de meses o años, pequeñas lesiones como estas pueden convertirse en un gran desgarro. Los profesionales de la colocación de baldosas o parquet se ven afectados, al igual que los futbolistas (profesionales).

Desgaste natural

Como todos los tejidos del cuerpo humano, el menisco también sufre un desgaste natural. La elasticidad del cartílago fibroso disminuye y el tejido conjuntivo de los meniscos pierde firmeza, se vuelve adiposo o quebradizo. En estos casos, una simple flexión profunda de la rodilla o una rotación de la articulación, al salir del coche, por ejemplo, pueden provocar una rotura de menisco.

Formas de las diferentes roturas de menisco

El desgarro puede ser vertical, horizontal o radial:

  • Un desgarro vertical cruza el menisco de arriba abajo y discurre paralelo a la forma del menisco.
  • El desgarro horizontal divide el menisco en una parte superior y otra inferior. También se conoce como desgarro en "escote" o en "boca de pez".
  • Si el desgarro se extiende desde el borde interno delgado hasta el borde externo más grueso (base) del menisco, se conoce como desgarro radial.

Síntomas y señales

Una rotura de menisco puede provocar inflamación de la articulación de la rodilla. Si el desgarro se debe a un accidente, suele haber lesiones adicionales en el cartílago, los ligamentos laterales y los ligamentos cruzados. Los daños en el menisco interno provocan dolor en la parte interna de la rodilla, y los daños en el menisco externo provocan dolor en la parte externa de la rodilla.

  • Los movimientos de rotación de la articulación en posición vertical, por ejemplo, al bailar, hacer deporte o también durante la vida cotidiana, son entonces dolorosos.
  • Si la persona afectada no puede estirar la pierna, también puede ser un síntoma que indique una rotura de menisco: Partes del menisco roto pueden quedar atrapadas entre el muslo y la parte inferior de la pierna.
  • La articulación de la rodilla puede ceder repentinamente al caminar.

Determinación del diagnóstico

Además de preguntar al paciente sobre la duración y la naturaleza de los problemas, la exploración física de la articulación de la rodilla ofrece indicios importantes de una posible lesión de menisco. Como los meniscos son tejido blando, no pueden visualizarse en una radiografía. Por lo tanto, la resonancia magnética es un método adecuado para establecer una lesión de menisco. También proporciona información adicional sobre otras lesiones o daños en la rodilla.

Terapia: A menudo es necesaria la cirugía

Cirurgía menisco

Las lesiones de menisco no suelen curarse por sí solas. Esto se debe, por un lado, a que suelen estar en una zona del menisco que no recibe riego sanguíneo. Por otro lado, el movimiento continuo de la rodilla hace que los bordes no puedan fusionarse. Con el paso del tiempo, los desgarros se expanden y las partes desgarradas del menisco pueden introducirse en la articulación y afectar a su funcionamiento. Esto provoca daños permanentes en el cartílago articular blando, lo que se traduce en un mayor desgaste de la articulación (artrosis). Por este motivo, las roturas de menisco que provocan molestias sostenidas o recurrentes suelen tratarse quirúrgicamente, sobre todo en jóvenes y deportistas activos. El aumento de la edad puede provocar desgarros en los meniscos debido al desgaste natural. Pero esto no significa que toda rotura de menisco visible mediante resonancia magnética deba tratarse quirúrgicamente: Si no hay dolor persistente, el tratamiento no es necesario. El aumento de la edad puede provocar desgarros en los meniscos debido al desgaste natural.

Operación de conservación del menisco o sustitución del menisco

El tratamiento quirúrgico se realiza casi sin excepción mediante artroscopia. Se extirpa la menor cantidad de tejido posible, para permitir que el menisco conserve idealmente su función (resección parcial del menisco). Si se extirpan partes completas de la base ancha del menisco, se habla de resección del menisco. Sin embargo, esto significa que el menisco pierde sus funciones más importantes, como la distribución de la carga y la estabilización de la articulación. La carga directa sobre el cartílago articular aumenta considerablemente, lo que a largo plazo provoca el desgaste de la articulación (artrosis). Por ello, la operación debe conservar el menisco en la medida de lo posible. Los desgarros en las partes externas de los meniscos, que tienen una buena circulación sanguínea, pueden suturarse en muchos casos (sutura de meniscos). Sobre todo en pacientes jóvenes, merece la pena intentar esta reparación (refijación). En pacientes de edad avanzada, la menor sustancia del menisco no suele permitir una reparación. Si el menisco ya no puede conservarse, en pacientes jóvenes puede sustituirse total o parcialmente. Al igual que con la sutura del menisco, la idea es evitar el desgaste prematuro de la articulación.

La órtesis puede favorecer la cicatrización

Tras una operación de menisco, pueden utilizarse órtesis para estabilizar la rodilla, protegerla y favorecer la cicatrización del menisco. La sutura del menisco requiere una protección especial, ya que una flexión severa de la rodilla con carga simultánea provoca altos niveles de fuerzas de cizallamiento, que pueden poner en peligro la sutura del menisco. Por ello, se suele recomendar cargar la rodilla solo en posición estirada.

Las órtesis modernas (por ejemplo, M.4 x-lock) apoyan el tratamiento tras una fijación de menisco. La función especial de bloqueo permite una carga adecuada a la terapia de la rodilla en extensión completa (carga axial) y ejercicios funcionales tempranos en condiciones sin carga de peso, según sea necesario. Es posible cambiar entre inmovilización y movilización dentro de una amplitud de movimiento definida con un solo clic. La movilización y la carga precoz pueden contrarrestar la atrofia muscular.

Más información sobre la rodillera M.4 X-lock aquí.