El tendón de Aquiles es el tendón más resistente del cuerpo humano
Transmite la fuerza de la musculatura de la pantorrilla al pie y tiene un papel fundamental en el proceso locomotor de dar un paso.
La causa más frecuente de rotura del tendón de Aquiles es una lesión deportiva. El paciente nota un "chasquido" o un "golpe" a la vez que pierde la fuerza, es decir, la capacidad de doblar el pie hacia abajo. No puede ponerse de puntillas, pero no siente apenas dolor. Es típico notar un hundimiento en el curso del tendón y además desaparece el reflejo del tendón de Aquiles.
Tratamiento – Terapia funcional con una bota especial

Una rotura del tendón de Aquiles se cura, pero siempre con un acortamiento, es decir, siempre queda una deficiencia funcional. La terapia de elección es el tratamiento quirúrgico tan rápido como sea posible y la sutura del tendón.
Si se produce una distensión permanente muy marcada a causa del desgaste, también se puede hacer lo que se llama una plastia tendinosa. A continuación sigue una inmovilización de varias semanas con un yeso, al principio hasta el muslo y después sólo hasta la pierna, con el pie de punta. Al cabo de cuatro a seis semanas de inmovilización empieza la fisioterapia para ir recuperando la posición correcta del pie. Para descargar temporalmente el esfuerzo del tendón de Aquiles, se utiliza un poco de tacón. Otro método alternativo a éste consiste en un tratamiento funcional posquirúrgico con una bota especial.
En casos excepcionales, por ejemplo cuando el riesgo quirúrgico es alto, también puede seguirse un tratamiento conservador en determinadas condiciones, es decir, sin intervención quirúrgica.
Consiste en una inmovilización de varias semanas con una bota especial (con el pie de puntillas) y un tacón que se puede ir rebajando por etapas.