Rotura del tendón de Aquiles

Una típica lesión deportiva

Rotura del tendón de Aquiles

El tendón de Aquiles, el más fuerte del cuerpo

El tendón de Aquiles transmite la fuerza de los músculos de la pantorrilla al pie y desempeña un papel muy importante en el balanceo del pie. Una fuerza equivalente a ocho veces el propio peso corporal actúa sobre el tendón al correr. Esto demuestra claramente lo importante que es un tendón de Aquiles estable y sano para soportar estas tensiones. Los síntomas aparecen con mayor frecuencia cuando el tendón está sobrecargado o generalmente débil.

Causas de la rotura del tendón de Aquiles

Las lesiones deportivas son la causa más común de rotura del tendón de Aquiles.

Síntomas de la rotura del tendón de Aquiles

Los síntomas de una rotura del tendón de Aquiles pueden ser:

  • Para el paciente, es como si algo se hubiera "roto" o como una "patada o golpe fuerte" en la pierna. Esto va acompañado de una pérdida de fuerza y de la incapacidad de extender activamente el pie.
  • Ya no es posible caminar de puntillas, pero no hay dolor intenso.
  • Por lo general, se percibe una brecha o depresión en el trayecto del tendón y ya no se puede provocar el reflejo del tendón de Aquiles.

¿Operar o no?

La denominada tendoplastia se realiza si el tendón presenta un daño previo grave debido al desgaste. A continuación, se inmoviliza la pierna durante varias semanas con el pie en posición de puntillas. Después de unas cuatro a seis semanas, el paciente comienza la fisioterapia con corrección progresiva de la posición de puntillas. Para aliviar temporalmente la tensión en el tendón de Aquiles, debe utilizarse una talonera.

Un desgarro del tendón de Aquiles suele tratarse de forma conservadora, ya que un tendón desgarrado vuelve a unirse por sí solo. Sin embargo, con limitaciones: el tendón de Aquiles suele permanecer acortado y la transmisión de fuerza al pie no puede restablecerse al 100 %. Por eso, en algunos casos, los médicos deciden coser el tendón.

Terapia después de la operación

Terapia después de la operación

Tras la operación, la pierna debe permanecer inmovilizada entre cuatro y seis semanas. A continuación, se realiza fisioterapia para volver a estirar el tendón lentamente. En muchos casos, se añade una elevación del talón bajo para aliviar temporalmente el tendón de Aquiles.

Tobilleras de medi

Otra alternativa es el denominado tratamiento de seguimiento funcional postoperatorio con una bota especial.

El medi ROM Walker de medi favorece una movilización funcional precoz de los pacientes. Las perneras y la configuración circular de las correas autoadherentes garantizan una compresión controlada. Su suela de balancín especial favorece una marcha fisiológicamente correcta. El ROM Walker* puede adaptarse individualmente.

Además, también puede utilizarse para apoyar un tratamiento conservador sin operación.

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